“Salón antes de la Revolución francesa. Búnker después de la Tercera Guerra Mundial”. Estas fueron las indicaciones de Müller sobre el espacio temporal y espacial para Cuarteto. Laura quería mostrar a través de la imagen los monólogos de Merteuil y Valmont, los movimientos de Maite Suso y Pablo Dávila, los objetos del búnker. Incorporar la imagen para enfatizar las acciones y no perder la enorme intensidad de las interpretaciones. Acercar el punto de vista del espectador hacia determinados instantes. Cambiar el ángulo y la distancia entre la obra y la butaca.
La proyección en directo creaba una nueva lectura sobre la acción. Una visión cinematográfica con la innegable vitalidad del teatro. La falta de vida en el cine, de carne y hueso en la película, estaba presente y convivía con la cinematográfica estética de la imagen proyectada. El resultado nos gustó a todos y un sujeto más se incorporaba al búnker, un camarógrafo voyeur que, como los demás personajes, deambula por el escenario en un tiempo suspendido tras la Tercera Guerra Mundial. La interpretación, la danza, la música y la imagen conviven en Cuarteto. Podría darse una independencia poco fluida entre las formas. Sin embargo, el sutil encaje de las disciplinas por parte de Laura Iglesia provocó nuevas y sugerentes lecturas del texto y la acción.
La obra se estrenó en el Teatro Jovellanos de Xixón en septiembre de 2021. En febrero de este año llevó el galardón a mejor espectáculo, mejor producción y mejor diseño de iluminación (Carlos Dávila) en los Premios “Oh!”. Higiénico Papel Teatro también consiguió otros tres premios por la obra Consecuencias de la sed en las categorías de mejor dirección (Laura Iglesia), mejor intérprete masculino (Pablo Dávila) y mejor composición original (Sam Peña y Juan Cossío). Sin lugar a dudas es un placer inmenso formar parte del búnker con estos convivientes.